No hay dinero para los aguinaldos

Como escribe el periodista Catón cuando aborda un chiste que le implica una explicación embarazosa termina con la frase “¡No entendí!”. La explicación que da la auditora General del Orfis, Delia González Cobos, que no hay dinero para pagar los aguinaldos, se entiende que haya una partida extra, pero que tampoco existen recursos para trabajar en la investigación de la cuenta pública del 2018. 

Se supone que ese es trabajo normal, por lo que reciben sus salarios o será una tarea extra el cuidar la aplicación correcta y denunciar los desvíos  de recursos públicos que ocurrieron del anterior gobierno estatal.  

Como que amerita una explicación para el común de la gente que comprende más o menos el trabajo que se realiza en esa dependencia que creara el entonces gobernador Miguel Alemán con la participación de René  Mariani, uno de los funcionarios más capacitados y fuera de serie por sus grandes conocimientos, autor de varios libros sobre las funciones que debe tener de manera adecuada un servidor público. Textos obligados para la clase burócrata que requiere estos estudios para su desarrollo en el quehacer público. 

Denigran el maravilloso oficio 

Da pena ajena ver a compañeros periodistas atacando al presidente López Obrador y al gobernador Cuitláhuac García con argumentos infantiles, como el de inventar chivos expiatorios en el caso de la familia LeBarón, cuando existen detenidos tres peligrosos delincuentes o de que se salió por una puerta de atrás de un hotel el gobernante veracruzano, a fin de evitar una confrontación.

Encontrar defectos y errores en su servidor público es una tarea muy fácil. 

Están muy molestos porque no hay embutes como en el pasado, pero darse a conocer con sus notas es  porque ellos los recibían, realmente ofende a los que practican este maravilloso oficio. 

Cuando no alcanza el dinero, hay que buscarle trabajando horas extras dando clases o con otras chambas. Pero no exhibirse como simples chayoteros.    

Valió la pena la gubernatura? 

Durante las largas noches de insomnio…  ¿Qué pasará por las mentes del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, sus hermanos, su exesposa Karime Macías, los suegros, don Tony y su estimada esposa, así como sus hijas y yernos, en fin, toda la familia que disfrutó con alegría y con grandes recursos la última administración del PRI en la entidad y que ahora se las ven negras?  

¿Valió la pena haber ganado la gubernatura veracruzana con lo que  ocurre de sufrimientos, incertidumbre y angustias de cada uno de sus componentes?  ¿Qué sentirá la sociedad de Coatzacoalcos, que en un reciente pasado los halagaban y eran los invitados de honor con grandes cortesías, y ahora ni siquiera los ven de frente y hasta los evitan? 

  Ese es  el verdadero quehacer de la política con un pasado luminoso y un presente de pesadilla. 

Para sus verdaderos amigos, los que nunca esperaron nada de ellos, les da tristeza, a los interesados y oportunistas les da coraje, al grado de darles gusto lo que les está pasando. 

Así es como se comporta en la actualidad la llamada educada y tradicional sociedad civil de Veracruz.